Paulo Freire y Ana Quiroga
La psicóloga Ana Quiroga comienza planteando una pregunta:
¿Por qué hablar de ideales, mitos y utopías en la actualidad? A la educación, a la psicología social y a la
política les conciernen estas construcciones que son, a la vez, subjetivas y
sociales y, a través de las cuales, los hombres y las mujeres dentro de una
época histórica interpretamos nuestra experiencia y realidad. Son las
interpretaciones del pasado que intentan dar cuenta del presente y elaboran
hipótesis sobre el futuro. En este plano se encuentran el conocimiento, los
ideales, los sueños, los mitos y las utopías.
Freire plantea que todo trabajo renovador tiene que tener
tácticas coincidentes con el sueño estratégico. Si salimos demasiado de las
posibilidades de la práctica, perdemos el sueño. Hay que ser disciplinado, hay
que ser sabio. Un liderazgo revolucionario que no se empapa de tal sabiduría,
fracasa. Le parece importante hacer indagar sobre la ideología de la
institución donde nos encontremos. Mucha gente piensa que hacer esto es una
pérdida de tiempo. Sin embargo, es mejor usar un poco del tiempo para no perder
el sueño. Porque si partimos solamente con voluntad, con deseo, con una fuerza
individual, encontraríamos frenos por la fuerza del poder. Entonces, estar
dentro o estar fuera, no es fundamentalmente una razón de ganar o de perder.
Los oprimidos y opresores están ahí, la necesidad de soñar
esta en cada uno de nosotros, porque soñar se transformó a lo largo de la
historia en una categoría histórica, es parte de la naturaleza del ser. Un
educador popular, progresista no puede aceptar la trampa del neoliberalismo de que
ya no hay más opresores ni oprimidos, que no existen más clases sociales y que,
por lo tanto, no hay que pelear. Los educadores tienen una seria
responsabilidad en el campo pedagógico y político: ni siempre lo que se hizo
hace 10 años en cuestión de educación popular puede hacerse hoy.
La cuestión fundamental que se plantea es la necesidad de
saciar nuestra propia curiosidad, de estimular, desafiar la curiosidad que toma
distancia del objeto para poder acercarse a él y comprender el objeto, no la
curiosidad espontánea, sino la curiosidad que cuando se metodiza busca la
rigurosidad y trae a la ciencia. Por ello, no se puede vivir movido por la
búsqueda de un mañana sin tener esperanza, y la esperanza implica un sueño, y
juntos implican una utopía. Trata la esperanza de manera crítica pues no es
posible vivir sin tener esperanza: crear condiciones concretas para
tenerla, pues la esperanza no existe
fuera de la acción.
https://youtu.be/UqpyKzxJI1Q
https://youtu.be/UqpyKzxJI1Q
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